Opinión

¿Qué estadio quiere la ciudad?

Sobre salvar Mestalla, quizá sea el momento de repensar qué conviene a la ciudad y al club

Nou Mestalla, en obras

Nou Mestalla, en obras

La torre de À Punt en Burjassot recuerda de madrugada a la Gotham de Batman. Su valor simbólico trasciende la ciudad y la comarca para alcanzar el ámbito de todo el territorio valenciano. Una contraposición de líneas y curvas, horizontales y verticales, dualidad entre lo artesanal y lo tecnológico. La memoria y la tradición, representada por el arco y el muro exterior, unida a la ligereza de los nuevos materiales de la torre y el interior, que representan la complejidad del presente. Un presente lleno de incógnitas, que comentan cada noche los analistas del periodismo valenciano en ‘Línia de fons’ y desde donde tendré el placer de saludar, cada martes, a los lectores de Superdeporte. 

Tras la sentencia del TSJ, la parte positiva para todas las partes (Valencia CF, Ayuntamiento y Generalitat) es que ya están claras las reglas del juego, una vez la opción de revivir la ATE ya está fuera de la ecuación, salvo el improbable caso de que el Supremo se pronunciara en sentido contrario. Con las cartas sobre la mesa respecto al tema legal, la gran pregunta es: ¿Qué estadio quiere la ciudad? ¿Qué estadio le puede exigir la ciudad a Meriton en contraprestación por los derechos urbanísticos que le van a dar al Valencia CF? ¿Nos conformamos o no con el tholos? 

Ahora, es la alcaldesa quien debe decidir si acepta el tholos o, si considera que el tholos es insuficiente para lo que la ciudad va a dar a Meriton. La respuesta deberá reflejarse en el convenio. Un escenario incómodo, en el que debería llegar a un acuerdo con la oposición, dado que, de momento, se antoja difícil el acuerdo en esta cuestión con sus socios de gobierno, partidarios de la ejecución subsidiaria. Esto supondría desdecirse del plan original en el que se anunció de que se empezarían las obras y, luego, se negociaría el convenio.

Sobre la posibilidad de salvar el coliseo y quedarse en el viejo Mestalla, con la sentencia del TSJ, quizá sea momento para parar la pelota y repensar qué es lo que realmente le conviene a la ciudad y al club y ver si valdría la pena, por lo menos, planteárselo. Está claro que es muy difícil, pero hay que ser pragmáticos y pensar qué es lo mejor. ¿Es preferible tirar el donut de cemento o tirar Mestalla?

La sentencia de la grada se podría solventar, según algunos juristas. El escollo más importante sería trasladar el PAI a Corts Valencianes para poder construir viviendas allí. En definitiva, ahora podría ser un momento para repensar, al menos, si hay herramientas jurídicas para ello y si podría ser económicamente viable. Por el bien del club y de la ciudad. ¿Es difícil? Sí, pero terminar el nuevo estadio tampoco está siendo fácil. Son sólo ideas. Entre todos, para todos.

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